Si te van las relaciones amorosas o sos de sembrar amistades -de cualquier tipo-, seguro tuviste alguna de estas situaciones a lo largo de tu vida:

1-Hablabas y te diste cuenta de que no te escuchaban,

2- Estabas chateando con alguien y de la nada deja de tener contacto con vos,

3- Consolaste a unx amigx/pareja que pasaba un muy mal momento… Y después te preguntaste si harían lo mismo si la situación fuese al revés.

Todxs lo hemos vivido, no? Cómo te sentiste en esos momentos? Cómo nos afectan las relaciones… Y también, las emociones que interfieren en ellas. Qué es «reclamable» y qué no en una relación? Qué pasa cuando la «forma de ser» genera conflicto? Tiene que ver con cómo somos o simplemente ponemos excusas para no cambiar?

Desde Club Silencio traemos este tema que tanto tiene que ver con nuestros sentimientos y salud mental, con el cuidado de los mismos, y además, con los ajenos: la responsabilidad afectiva.

Qué es?

Bueno… No hay una respuesta específica en la que todo el mundo esté de acuerdo. Es decir, no tiene una definición exacta como tal. Pero acá vamos a intentar describirlo de la manera más sencilla posible: La responsabilidad afectiva es tomar tu parte en las relaciones. Es pensar en los demás -sin olvidarte de vos-, respetar los espacios, los límites, usar el diálogo como herramienta, «exigir» que lo hagan con vos; y, también, es hacer mucha crítica – y autocrítica – de cómo nos vínculamos. Muuucha.

Cuántas veces te pasó de pararte y preguntarte si estabas «haciendo lo correcto» en cualquier relación? Cuál fue la respuesta a esa pregunta? Porque suele haber una discusión en el medio. Están lxs «no le debés nada a nadie y el que te da, te da porque quiere y que se joda si no le querés devolver» y lxs «vos tenés que estar siempre, siempre, contestar al toque, correr a verlx todos los días a la misma hora, hablarle todo el tiempo en tus días libres… El que quiere puede y sino podés, sos una basura» (un poco dramático pero hemos escuchado peores, si).

La responsabilidad afectiva está biennn en el medio. No es un «dalo TODO» ni un «lo que te de»; sino un recordatorio de que hay una parte de nosotros en la que deberíamos responder al afecto que nos dieron, y otra parte que tiene que querer realmente hacerlo, y a su vez dice «ambas partes pueden sentarse a conversar». Y de esa conversación, nosotros hacemos, digamos, lo «mejor para todos»: si no te gusta que conteste lento los mensajes, en vez de contar los minutos para «que sufra lo mismo», podés pensar si es un límite -algo intolerable, algo que no querés en una relación- para vos que alguien tarde tanto en responder.

Preguntarte: cómo te hace sentir? Por qué? Y con eso, hacer algo: tal vez es hablarlo con esa persona, plantear que esa situación te está haciendo mal, a ver si llegan a un acuerdo; tal vez es entender que la otra persona puede estar ocupadx o que aprecia la soledad y no por eso no te quiere; tal vez es algo que te hace sentir solx y eso habría que tratarlo con unx psicólogx.

No sólo importan nuestros sentimientos; también tiene que ver la manera en la que los expresemos, porque el otro también siente. Y capaz, reclamar porque sí, porque te da bronca y no sabés por qué, por celos, lastimando y desconfiando, no sea muy «responsable» al cuidarse a uno y a quien queremos.

Se entiende? Estoy hablando como puedo o como quiero para expresarme para con lx otrx? Estaré hiriendo por capricho? La responsabilidad afectiva es, digamos, como un movimiento que te hace preguntarte sobre eso. Otra forma de vernos, que aplica para la monogamia, el poliamor, las relaciones abiertas, las amistades!

La idea es que nos haga más independientes lxs unxs de lxs otrxs, pero no en el sentido de «voy y hago lo que quiero» sino de decir «no te necesito para ser feliz y que me completes, pero quiero estar con vos y ser feliz por lxs dos» y que ambxs o más partes entiendan eso. De elegir, justamente, todo el tiempo. Elegir estar, elegir escuchar, elegir decir cómo nos sentimos, elegir dialogar; y si esa charla no se da o la relación no es justa y no «puede» cambiar, elegir separarnos, porque podemos querer; pero no «aguantar».

Se trata de ser conscientes de las elecciones que hacemos al comunicarnos: estar enojadx o triste no es un permiso especial para tratar mal a otrxs. Si tu amigx está triste y estás ocupadx, podés hacerte presente en otro momento o decirle que no estás disponible pero que tal o cual amigx sí lo está, y estaría genial que entendieran eso, no? Ser celosx no es excusa para reclamar atención 24/7 o para exigir que no hable con nadie más, pero podés expresar que te sentís insegurx y capaz, un pequeño recordatorio al día te haga sentir mejor y le dé más tranquilidad al otrx.

Y si alguien ya no te gusta, en vez de borrarte porque no tenés ganas de hablarle, no es mucho mejor encarar el tema y cortar por lo sano, cara a cara y haciéndonos cargo de lo que sentimos? Que- desde ya- no tendría por qué tener una mala consecuencia porque es lo que es, y hay que respetar lo que pasa, lo que pasó y lo que le pasa a los demás también.

Practicás la responsabilidad afectiva? Qué te pareció esta nota? Desde Club Silencio amamos las relaciones responsables ???? y sobre todo las picantes ???? Besos!