Todos, en algún momento, hemos experimentado en el sexo algo salido de lo «convencional»: escupidas? Ahorques, tirones de pelo, azotes, juegos de rol? (A esta altura damos por hecho que ya está entendido, todo siempre debe ser consentido!)
Si llegaste hasta acá y te interesa el tema, hoy traemos un término que tal vez te haya estado dando vueltas en la cabeza, y que puede llevarte a un mundo bastante distinto de lo que aprendimos, pero magnÃfico si va con vos lo que mencionamos recién, o querés probar… qué serÃa del sexo sin los curiosos!?: el BDSM
B- Bondage (inmovilizar; atar con cuerdas)
D- Dominación y Disciplina
S- Sadismo (el placer por el dolor infligido a otrxs) y Sumisión
M- Masoquismo (placer por el dolor propio)
Son las prácticas eróticas que componen a este simpático concepto que, más que un simple juego, puede llegar a ser un estilo de vida 😉
Si, si, todxs hemos escuchamos sobre 50 sombras, pero… sabes de qué se trata realmente el BDSM? Si Christian hubiese sido un buen graduado de dominante (sÃ, hay institutos que enseñan cómo serlo, apunten) habrÃas escuchado muchos más gritos en su versión cinematográfica. Y es que si bien este conjunto de prácticas se basa en total confianza, consentimiento y seguridad, también tiene su toque picante en el dolor.
En el sadomasoquismo, el placer y el entretenimiento se basan en premios y castigos, en contratos y palabras clave, en el control total del dominante sobre el sumiso, que siempre tiene el poder sobre la situación. -En el momento en que el sumiso, o pasivo, diga la palabra clave para expresar que no tiene deseos de continuar por x razón, el dominante o activo está obligado INMEDIATAMENTE a cortar todo lo que está haciendo- Estos son los fundamentos sobre los que el BDSM se construye.
Claro que puede haber excepciones que rodean los términos sin hundirse en ellos y aún asà se las siguen considerando BDSM, aunque cuando no lleva toda la D de disciplina y es por mero capricho de probar se prefiere el término kink. Te preguntas si eso te deja menos dentro del BDSM que los expertos?
No! El kink es una súper entrada a este mundo; lo importante es que, obviamente, quieras hacerlo. Cuando tus relaciones sexuales empiezan a incluir más tensión, control e intensidad (de la buena manera, chicxs, para tóxica la radiación), ahà está el sado asomando su cabeza para ponerle su nombre al acto como frutilla del postre. Nadie arranca a practicarlo asà de una y sin kinks, a menos que salgas de una peli, claro… pero eso es ficticio, ya sabemos.
Una buena manera de empezar puede ser hablarlo con tu pareja sexual y poniéndose de acuerdo en dónde están sus lÃmites, hasta dónde creen que pueden llegar, tener una palabra de seguridad que siempre funcione como lÃmite, ya que el «no» o el «basta» puede confundir…
Lo que sigue es dejar volar su imaginación; el contrato es para los fans hiperfieles al papel, que, déjenme decirles, le agrega su toque de chispa al acto.
Para que te guÃes, te dejamos los «roles» que se usan en el BDSM (como para ponerle pimentón dulce a la discusión 😉 )
Los principales son el dominante y el sumiso- el primero manda, decide y controla, el segundo está a su servicio sin chistar: es lo tÃpico que conocemos desde el primer vistazo-.
Pero hay más: cada unx puede, a su vez, ser «bottom», «top» o «switch»:
Top es la persona que hace. Quien «está a cargo» de las acciones. Su misión es ejecutar, sea mandado o quien mande.
Bottom es la persona que recibe. Lo opuesto a lo primero – sólo puede hacer eso.
Switch es cuando esos papeles pueden cambiar varias veces durante la «sesión». Es decir, ser top un rato y sumiso el otro, o puede ser ambas mezcladas!
Las posibilidades son infinitas! Te animas? ¿Qué te gustarÃa probar? ¿Ya intentaste algo de BDSM?
Si querés incursionar en este mundo, te recomendamos nuestro kit BDSM, nuestras hermosas esposas y nuestro plumÃn 😉 Y acordate que siempre, siempre vamos a estar para aconsejarte! <3